Un antivirus que funcione realmente como un producto anti-malware, es decir, detectando a través de un único motor los diversos tipos de amenaza garantiza una mejor utilización de los recursos del sistema.
Algunos creerán, al leer el título de este artículo, que nos estamos refiriendo al motor de un automóvil y no estarán lejos de haber acertado, aunque lo podamos utilizar como una analogía para referirnos al motor de un producto anti-malware.
El motor de un automóvil se conforma de diversos componentes que son los que permiten que el vehículo se movilice. Cada modelo de motor tiene distintos componentes e incluso se le pueden incorporar otras partes para obtener mejores resultados en cuestiones como consumo de combustible, velocidad, potencia, etc.
Algo similar sucede con el motor de un producto anti-malware. Nótese que no utilizamos el término antivirus dado que el concepto de una herramienta que sólo detecte virus informáticos viene quedando en desuso por la gran proliferación de otros tipos de amenazas informáticas, tales como los troyanos, spyware, y demás, mientras que los tradicionales virus (como los recordados Michelangelo o el más reciente Chernobil) ya son casi una especie en extinción.
¿Por qué el motor de un automóvil puede compararse con el de un producto anti-malware? En primer lugar, por sus prestaciones. Un motor anti-malware también puede consumir más o menos “combustible” (léase, recursos), tener una velocidad (de escaneo) mayor o menor, así como también una potencia (de detección) más o menos eficaz. Además, la analogía podemos encontrarla en los componentes que forman parte del motor: no es lo mismo uno a inyección que uno rotativo, tal como un anti-malware puede tener más componentes y de mejor calidad que otros.
Al referirnos a un motor unificado anti-malware, lo que tenemos en cuenta es las diferentes capacidades que el mismo producto puede tener, sin la necesidad de componentes externos. Durante mucho tiempo hemos escuchado términos como antivirus, antispyware, antitroyanos, etc., creyendo que a mayor granularidad tendríamos mayores resultados.
Lo anterior dista mucho de la realidad: no sólo es inadecuado considerar que uno tiene mayor protección al utilizar una mayor diversidad de productos, sino que además, al hacerlo, el “combustible” de nuestros equipos informáticos se consume más rápidamente. Cada producto diferente, por ejemplo, al contar con un antivirus y un antispyware distintos y activos, hará que tengamos menos memoria operativa libre y nuestro procesador deba trabajar el doble. Si tenemos tres productos, el consumo puede ser el triple, y así sucesivamente, dependiendo, obviamente, de cada software en particular.
Recordando que los recursos de un equipo informático no son ilimitados, esto puede llevar a que se utilice más memoria y procesador en protegerlo que en utilizarlo, lo cual es la pesadilla de todo usuario.
Por esto, la existencia de los productos anti-malware, cuyo motor es unificado, es decir, un único producto es capaz de detectar y protegernos de diferentes tipos de amenazas informáticas, nos permite optimizar no sólo la administración del mismo, sino minimizar el consumo de recursos y la posibilidad de incompatibilidades, entre otros software.
Un motor unificado anti-malware puede ser capaz, por ejemplo, de suplir la necesidad de contar con un antivirus, un antispyware y una herramienta antirootkits separadas. Dado que cada uno de los productos anteriores comparte funcionalidades similares (chequeo de memoria, bloqueo de archivos peligrosos, base de datos de firmas, etc.), la unificación de dichas funciones lleva a una clara ventaja para los usuarios.
Más allá de las características anteriores, que mejoran la experiencia del usuario al utilizar su PC, también debemos tener en cuenta el precio del licenciamiento y el costo de administración de más de una aplicación.
Adquirir un producto que cumpla la función de tres es mucho más accesible, en términos de valor económico, que contar con tres productos diferentes. De la misma manera, administrar tres productos requiere más tiempo que hacerlo con uno solo; ni hablar de la resolución de problemas.
Hay un punto muy importante que hay que aclarar respecto a esto: un motor unificado no es lo mismo que una “Suite”, nombre que se le da a esos “productos” que brindan diferentes niveles de protección “todo en uno”. Mientras que un motor unificado, como ya quedo claro, es un programa único, una Suite es un compendio de varios programas distintos cuya interfaz, normalmente, ha sido unificada, pero no sus componentes, por lo cual se comportan como varias aplicaciones diferentes respecto al consumo de recursos y utilización, con la salvedad de su administración. En muchos casos, se da que dentro de una misma Suite conviven productos de diversos fabricantes, lo cual es aún más contraproducente en términos de optimización de memoria y procesador, así como incluso de mantenimiento por parte de los desarrolladores de los mismos.
Entonces, teniendo en cuenta los puntos anteriores, es claro que un motor unificado anti-malware, que incluya además una eficaz detección proactiva de amenazas informáticas es la opción ideal para que los usuarios aprovechen al máximo su “automóvil virtual”. Podrán aprovecharlo para que su Ferrari modelo 2006 no se comporte como si tuviera un motor de los años 20, evitando tener componentes extra que consuman recursos y limiten la capacidad operativa del equipo.
Para realmente disfrutar de un recorrido veloz y relajado por la súper autopista de la información, no dude en analizar la posibilidad de evaluar un verdadero producto anti-malware con motor unificado, como lo son
ESET NOD32 Antivirus
y ESET Smart Security
eset-la.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario